Aoi, por su parte, no siempre ha sido la persona segura de sí misma que parece ser. De adolescente sufrió bulling en el instituto y tuvo que cambiar de centro, experiencia que la marcó de tal modo que a partir de entonces se ha pasado la vida evitando el contacto con los demás.
La amistad entre Sayoko y Aoi, por un lado, y las penurias de la Aoi adolescente, por otro, conforman una narrativa a dos niveles que converge en el arrebatador capítulo final. Una novela rica en sensibilidad y en análisis psicológicos sobre la dificultad profesional de las jóvenes madres y el dolor de ser diferente en una sociedad que privilegia la uniformidad.
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