Sencilla, como la música del silencio en la que nos envuelve cada una de las palabras de Pablo d'Ors, así es esta obra. Pero es también una novela que nos devuelve a la búsqueda del sentido de la vida, un viaje interior necesario y constructivo a través del amor, la amistad / camaradería, la soledad consciente, el trabajo bien hecho y la satisfacción de los logros conseguidos a base de esfuerzo y dedicación.
August Zollinger quiere ser impresor, pero en el pueblo en el que vive ya hay uno y se va en busca de lo que le depare la vida. Y la vida le depara amor en su primer trabajo (ferroviario), amistad en el segundo (ejército), valor de sí mismo y de la naturaleza en la tercera parada de su viaje (el bosque), en su cuarta parada y tercer empleo (funcionario de segunda) descubre el valor del trabajo bien hecho, y en su cuarto empleo (aprendiz de zapatero) le depara el éxito necesario para volver a los orígenes de su sueño: ser un buen impresor en el lugar que le vio nacer.
Esta novela nos enseña a valorar las pequeñas cosas que vamos encontrando y haciendo a lo largo de nuestra vida, pues son parte del aprendizaje que necesitamos para emprender nuestro destino más anhelado. No sabemos si tiene algo de autobiográfica, ya que el propio d'Ors es sacerdote y ha peregrinado en busca del silencio, lo que sí sabemos es que la reflexión ha calado y no dejamos de escuchar la música de nuestros sueños.
No desvelamos más, el viaje está servido y para realizarlo necesitaréis los cinco sentidos... ¿preparados/as?
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