lunes, 5 de mayo de 2014

Relato "¡Todo es igual!" de Alba Mira García (Certamen VI Aniversario)

Un lugar donde los sueños, las ilusiones viven dormidas. Allí donde las cosas y las personas están: apagadas, tristes… Las casas del mismo color, tamaño y forma. La gente no sabe lo que es dibujar en la cara una sonrisa o deslizar una lágrima. ¡TODO ES IGUAL! .

Nunca ha pasado nada diferente. Es tan triste que las personas estén tan apagadas. Como si esa luz que había tenido, hubiera sido efecto de un hechizo.

En este lugar tan extraño donde el gris era el color que habitaba. Un día un niño paseando vio a lo lejos, algo diferente. Veía destellos de colores, como si fuera el polvo mágico de las hadas. Nunca lo había visto, ¡Parecía magia! Cuando se acercó vio algo sorprendente. Allí estaba jugando un niño. Al acercarse:
- el niño le dijo: ¿Por qué hay alrededor polvo mágico de colores?
- él le respondió: es magia.

El le conto que era mago, porque era diferente. En este lugar hace muchos años, un brujo echo un hechizo que hizo que todo fuera igual. Pero alguien le dejo que fuera diferente y el solo tenía la pócima. Tenía que demostrar que ser diferente no era malo. Que cada uno tiene su esencia y así solo podían deshacer el hechizo. Ese lugar volvería a tener  esa luz, quedarían todos con su propio color.

Al final que todos fueran iguales hacia un lugar gris y triste. Donde los colores estaban disfrazados, las ilusiones guardadas y los sueños encerrados.

Ser diferentes no es malo porque hacemos de los lugares y las personas, un sitio mágico. El niño pensó que tenía que ayudarle, porque veía que se divertía y que tenía algo especial. De repente en un rincón de una plaza, que tenía un encanto. Dibujaron un lugar donde las casas, las personas recobraban vida y desprendía algo especial. La gente fue corriendo a ver ese dibujo que desde el suelo por arte de magia, salían destellos de luz. Nadie entendía que unos niños dibujaran ese paraíso en el que todos querían vivir. En el que la gente tenía su propio color.

A veces no hace falta decir más todos se dieron cuenta de que ser diferente no es malo. Sino que da color y magia. Los niños se quedaron sorprendidos al ver, que el gris desaparecía y que los colores invadían esa plaza. El mago y su amigo consiguieron  que la gente fuera ella, cada uno como somos DIFERENTES.

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